Desde el silencio

Dios... Te busque y no te encontré
Dios! Grité desesperada
y tu respuesta llegó
a mi conciencia alterada.
En el murmullo del viento
reconocí tu voz,
en el azul del cielo,
tus ojos me miraron,
y en el lago sereno
tu Paz me conmovió.
En la gran montaña
reconocí tu Fuerza,
y en la dulce melodía
el don de la alegría,
en la belleza y el arte
tu creaciòn e inspiraciòn.
No pude retenerlo,
pues era demasiado
pero quedé extasiado,
de aquella comuniòn
y ahora se que estàs
para siempre a mi lado
y que soy un hijo
de tu Luz y tu Perdòn.
No hace falta la palabra
igual nos entendemos
porque ahora llevo dentro
tu respuesta a mi dolor,
cuando el hombre no puede,
TODO lo podès vos.

Mariana Alzaga